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Entrevista a javier cercas





Javier Cercas nació en 1962 en Ibahernando (Extremadura). A la edad de cuatro años, su familia se traslada a Girona. Es licenciado en Filología Hispánica en la Universidad Autónoma de Barcelona. Es columnista en El País y ejerció como docente en la Universidad de Girona. Entre sus obras, destacamos a El vientre de la ballena (1997), Soldados de Salamina (2001) que le convierte en un escritor mundialmente conocido y es traducido a más de 30 idiomas.

Sus siguientes publicaciones son: Velocidad de la luz (2005) Anatomía de un instante (2009), Las leyes de la frontera (2012), El impostor (2014) y el Monarca de las sombras (2017)

En 2015 gana el premio Joaquín Romero Murube de ABC en Sevilla y en 2019 consigue el premio Planeta por su novela Terra Alta.

Acaba de publicar Independencia (Tusquets Editores) y está considerado como uno de los mejores escritores de la narrativa actual.





Javier, antes de hablar de tu última novela Independencia, déjame preguntarte por Terra Alta con la que ganaste el premio Planeta 2019. Es tu primera incursión en el género negro, aunque sé que te molesta que se clasifique como novela negra. ¿Los géneros literarios son un acuerdo para entender qué leemos?


Sí, más o menos. Pero no me molesta que se diga que Terra alta e Independencia son novelas negras: si alguien quiere leerlas así, me parece bien. Yo lo único que digo es que sólo hay dos tipos de novelas: las buenas y las malas. Todo lo demás es palabrería.






Reinventarse o morir. ¿Esta fórmula es válida para los escritores? ¿Crees que todo buen escritor debería cambiar alguna vez de registro, de voz, de género?


Creo que un buen escritor debe estar experimentando constantemente.


Creo que el escritor que se repite y se convierte en un imitador de sí mismo está muerto como escritor.

Creo que el escritor que no corre riesgos no es un escritor de verdad: es un escribano.



Melchor Marín, el mosso d ́esquadra es un hombre con un pasado duro y una sed de venganza que busca saciar. ¿Qué hay de ti tras ese dolor? ¿La inclusión del dolor humano es un recurso literario para empatizar con el lector o le sirve al escritor a modo de catarsis?


El dolor forma parte de lo que somos los seres humanos. Y Melchor está lleno de él. Pero también de muchas otras cosas. Es un personaje complejo y esencialmente contradictorio, como lo somos todos. A eso se dedican las novelas: a presentar a los seres humanos en toda su complejidad.




¿Es cierto que ya se han vendido los derechos para hacer de Terra Alta una serie? No sería la primera vez, ya que Soldados de Salamina también fue llevada a la gran pantalla (David Trueba, 2002) ¿Qué impresión te causa ver a tus personajes literarios actuando en la pantalla?


Me gusta: es una forma de dar vida a una novela. Una vida nueva y distinta en cada caso. De mis novelas, se han llevado al cine Soldados de Salamina, El móvil (Manuel Martín Cuenca, con el título de El autor) y Las leyes de la frontera (Daniel Monzón: se estrenará en septiembre). También se han llevado al teatro y hasta al cómic. Insisto: siempre me parece muy bien.


Una buena novela no es del autor: en cuanto se publica, pasa a ser de los lectores. Y los cineastas, directores teatrales etc. también son lectores, diría que lectores privilegiados, porque pueden traducir las novelas a otros lenguajes, enriqueciéndolas a su modo.


Y, sí, los derechos de Terra alta ya se han vendido; ahora mismo la idea es, creo, hacer una serie de televisión.





Y ahora llegas con Independencia, el segundo libro de ficción más vendido en Sant Jordi. En esta novela nos volveremos a encontrar con el mosso d ́esquadra Melchor Marín con la novedad de que esta vez tenemos como fondo lo que ha ocurrido con el procés. No voy a hablar el título (sé que te lo han preguntado hasta la saciedad) sino pedirte tu opinión: ¿El escritor debe manifestarse sobre sus propias convicciones? O ¿es más prudente mantener una independencia políticamente correcta?


Es posible que, para un escritor, lo más conveniente sea callar sus opiniones políticas, sobre todo si son incómodas o impopulares y sobre todo en situaciones tan tensas como la que vivimos en Cataluña. Y eso por muchos motivos. Pero yo todavía no he aprendido a callarme y, a mi edad, es dudoso que aprenda a hacerlo. Qué se le va a hacer.



¿Te esperabas esta polémica por haberte manifestado sobre el procés?


Ni muchísimo menos es la primera polémica que suscitan mis palabras. La diferencia es que esta vez esa polémica no la provocaron mis palabras, sino un bulo construido manipulando mis palabras. Por eso lo denuncié. En cuanto a si me lo esperaba, no lo sé: nunca he intentado ser un escritor polémico.


Simplemente me limito a ser el mejor escritor que puedo ser.

Pero, además de ser un escritor, soy un ciudadano que vive en sociedad. Y, cuando me preguntan, contesto. Así de sencillo.




Decía Simone de Beauvoir que escribir es un oficio que se aprende escribiendo. ¿Qué les aconsejarías a nuestros lectores que también intentan acercarse a la escritura?


Yo soy muy bueno recibiendo consejos, pero muy malo dándolos. De todos modos, si me obligaran a dar un consejo a alguien que quiere ser un escritor, le daría tres: que lea mucho, que escriba mucho y que no tenga prisa por publicar. Y añadiría algo que acabo de leerle a William Faulkner: “Un escritor, si quiere serlo bueno, debe ser de una integridad total”



Javier ¿qué proyectos te esperan?


Los de siempre: sobrevivir. Escribir. Sobrevivir escribiendo.



Se qué en tu agenda apretada no ha sido fácil encontrar un momento para esta entrevista, así que te agradezco de corazón tu tiempo y generosidad.



SI quieres leer la entrevista de Carme Riera:



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