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ENTREVISTA A ana andreu

  • Foto del escritor: marimén_te doy mi palabra
    marimén_te doy mi palabra
  • 1 abr
  • 4 Min. de lectura



Ana Andreu Baquero nació y creció en Albacete. Es licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Murcia y en Traducción e Interpretación por la Universidad Autónoma de Barcelona. Además del castellano, su lengua materna, habla inglés, italiano, alemán y catalán. Durante años se ha dedicado a la enseñanza y a la traducción editorial. Como escritora, en 2010 publicó el libro de anécdotas y curiosidades literarias Lo que Robinson Crusoe le contó a Lolita. Su debut en la novela histórica llegó con La princesa de Buchenwald. Actualmente reside en Barcelona, aunque a lo largo de su vida ha pasado largas temporadas en Gran Bretaña, Alemania e Italia.

 






Ana, bienvenida a mi blog. En tu última novela, La princesa de Buchenwald —por cierto que buen título— nos hablas de Mafalda de Saboya, una princesa italiana que pasó de vivir en los más fastuosos palacios a acabar en Buchenwald, un campo de concentración nazi. ¿Cómo se te ocurrió la idea de rescatar esta historia?


La verdad es que empezó todo de manera muy casual. La primera vez que oí hablar de Mafalda fue hace ya muchos años, viendo un documental de la RAI. En él se hacía una brevísima alusión al hecho de que una las hijas del rey Víctor Manuel III había fallecido en un campo de concentración. Aquel dato me resultó muy llamativo, sobre todo teniendo en cuenta el papel de Italia en la segunda guerra mundial, y me puse a indagar por mi cuenta, por pura curiosidad. Conforme empecé a descubrir los hechos, me pareció una historia fascinante y me sorprendió que fuera tan poco conocida. No obstante, aún tuvo que pasar mucho tiempo, hasta que me inscribí en el curso de narrativa de la escuela del escritura del Ateneu, para que, alentada por una profesora, me decidiera a contarla.



Me imagino que te tomó mucho tiempo documentarte. ¿Puedes explicarnos el proceso de recabar esta información?


Como ya te he comentado, comencé a indagar mucho antes de concebir la idea de escribir la novela, y el proceso se prolongó prácticamente hasta el día que tecleé la palabra “fin”. Leí decenas de libros, la mayoría en italiano, y muchos descatalogados desde hace tiempo. Afortunadamente descubrí verdaderas joyas, entre las cuales estaba la autobiografía de uno de los hijos de Mafalda. También encontré muchos documentos gráficos y audiovisuales en línea y consulté algunos archivos históricos.


Me siento particularmente orgullosa de haber dado con la transcripción de una conversación telefónica entre Philip y Hitler que reproduzco literalmente en la novela.

Asimismo, visité algunos de los lugares donde se desarrolla la novela, entre ellos el campo de concentración de Buchenwald. Pero lo mejor, sin ninguna duda, fue poder conocer en persona a uno de los marinos italianos que participó en la recuperación de los restos mortales de la princesa.


 

Habrá también bastante ficción en tu novela de escenas que por supuesto no pueden estar documentadas. ¿Llegaste a ponerte en la piel de Mafalda?


Efectivamente

toda novela, aunque esté basada en hechos reales, hunde sus raíces en la ficción.

A diferencia de una biografía propiamente dicha, las novelas biográficas contienen gran cantidad de elementos ficticios que, precisamente, son los que nos ayudan a acercar la historia al lector, a que se adentre en un mundo que le es ajeno. Para ello el autor recrea escenas, construye diálogos o atribuye reflexiones a los personajes que son fruto de su imaginación. En este sentido, sí que necesité ponerme en la piel de Mafalda, pero siempre intentando ser muy fiel a lo que sabía de ella, sin perder nunca de vista su carácter, sus principios y sus creencias.  






En 1943 el rey italiano Victor Manuel III ordenó el arresto del dictador Mussolini. ¿La princesa Mafalda pagó por el encarcelamiento de Mussolini?


Sin duda alguna. La detención de Mussolini y la posterior retirada de Italia de la contienda fueron consideradas por Hitler una traición imperdonable. Esa fue la razón por la que ideó una venganza que se consumó a través de la llamada “operación Abeba”, que contemplaba el arresto y la reclusión de Mafalda. Pero Hitler no solo quería vengarse del monarca italiano, sino también de la propia princesa y de Philipp, pues estaba convencido de que conocían con anterioridad lo que iba a suceder y que se lo habían ocultado deliberadamente.



Mafalda tuvo un terrible final. Encarcelada en un campo de concentración, perdió la vida por un ataque aéreo. La princesa resultó herida de gravedad y aunque fue llevada a la enfermería no llegaron a tiempo para amputarle el brazo y, tal vez, salvarla. La enterraron como la mujer desconocida. ¿Cómo llegaron a descubrirla?


Fue todo gracias a la intervención de siete marinos italianos que habían estado recluidos en un campo de trabajo cerca de Buchenwald y que, una vez liberados por los aliados y mientras aguardaban para regresar a su país, conocieron lo sucedido y se propusieron recuperar sus restos mortales. 



¿Es cierto que llegaste a conocer a parte de la familia de la princesa Mafalda? ¿Cómo fue el encuentro y qué dijeron sobre la novela?


Sí, así es.


Tuve el enorme placer de conocer al rey Simeón de Bulgaria, sobrino carnal de Mafalda e hijo de su hermana Giovanna.

Curiosamente él mismo aparece de manera puntual en la novela. Cuando esta se publicó, me tomé la libertad de enviarle un ejemplar, pues sabía que había pasado la mayor parte de su vida en España y que tenía residencia en Madrid y pensé que acabaría llegando a sus oídos. El caso es que me respondió casi de inmediato agradeciéndome el gesto y volvió a contactarme cuando terminó de leer la novela. Me dijo que le había gustado mucho y me comentó que le encantaría conocerme. Poco después lo visité en su casa y tuvimos oportunidad de charlar largo y tendido. Fue una experiencia inolvidable. 



¿Qué proyectos te esperan?


En este momento sigo trabajando como traductora editorial mientras continuo con la promoción de la novela. A finales de verano vio la luz la traducción al búlgaro y acabo de llegar de Sofia donde he participado en diversos actos organizados por la editorial que la publicó y el Instituto Cervantes.

Además, estoy empezando una nueva novela de la que todavía no puedo adelantar nada pues se encuentra prácticamente en mantillas.


Muchas gracias, Ana, te esperamos en el Club de lectura el próximo 29.04.25 a las 19.00 (On-line)



Quieres leer la entrevista a Pilar Sanchez Vicente? Clica aquí:



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