Escritora, traductora y periodista, tras varios escarceos con el cine y el teatro, en 1986 gana el premio de narrativa erótica La sonrisa vertical, con su libro de relatos Ligeros libertinajes sabáticos. Desde entonces ha publicado los libros de relatos Felicidades Conyugales, Soplando al viento, Amigos y fantasmas (premio Mario Vargas Llosa), Media docena de robos y un par de mentiras y La niña gorda. Ha publicado también dos novelas, Sangre (Tusquets, 2000) y El vecino de abajo (Alfaguara, 2007), una nouvelle, Casa en venta (Páginas de Espuma, 2020) y un ensayo juguetón y humorístico, Sólo dime dónde lo hacemos (Temas de Hoy, 1991). Sus colaboraciones con el diario El País han sido recogidas en el volumen Titúlate tú. Además es autora de diversas obras de teatro y adaptaciones, entre ellas XXX, versión de La filosofía en el tocador (Marqués de Sade), de la Fura dels Baus, y Las amistades peligrosas, de Christopher Hampton.
Su obra, que aparece en múltiples antologías, ha sido traducida al italiano, al alemán, al neerlandés, al inglés y al finés. Acaba de publicar con Tusquets Escuela de Escritura.
Actualmente imparte clases de novela y de cuento en la Escola d’Escriptura del Ateneu barcelonés.
Bienvenida de nuevo a mi blog, querida Mercedes. No sé si los lectores lo saben, pero tu fuiste profesora mía en el Ateneu barcelonés y la que me dio el pistolazo definitivo para mi primera novela, La palabra en la Mano. Ese respaldo es fundamental para los alumnos que se atreven con la aventura que supone la publicación de sus escritos. ¿Podríamos llamarte mecenas?
Ya me gustaría, jajaja. Creo que a lo máximo que aspiro es a dar pistas, a abrir puertas que luego los alumnos cruzan solos, a descubrir cómo encontrar soluciones a los problemas técnicos que se presentan durante la aventura siempre nueva de escribir una novela, a lanzar temas de reflexión y a enseñar a leer de otra manera.
Del oficio del escribir y de mucho más habla tu última novela, Escuela de escritura . ¿Tu experiencia como profesora te ha ayudado o más bien te ha supuesto una barrera a la hora de escribir y crear escenarios con el profesorado o los alumnos?
Es verdad que escribir sobre material autobiográfico y, por lo tanto, muy cercano a ti, es complicado. En este caso, quería hacer un retrato certero de cómo funciona según mi experiencia una clase de escritura, y ser descarnada y punzante, pero sin herir necesariamente susceptibilidades, difícil equilibrio, pardiez, que no sé si he conseguido.
Me imagino que tus personajes están inspirados en pinceladas o mezclas de varios alumnos. Lo peor y lo mejor de cada perfil. O ¿existe alguien tal como lo describes?
Hay dos o tres personajes muy cercanos a los modelos reales que los inspiraron, con anécdotas también reales, pero el resto toma un rasgo de aquí, otro de allá, y compone personajes absolutamente ficticios. Lo que sí quería es plasmar determinadas actitudes ante la propia creación y ante la crítica. Cosas que he venido observando a lo largo de veinte años ya de docencia.
El ego es uno de los temas que tocas. Ese sentimiento de creerse perfecto o superior a los otros compañeros de clase. Lo viví: alumnos que consideran sus novelas mejores y por encima de todas. No es fácil lidiar con estos perfiles.
En tu libro dices y (cito literalmente:) “ la novela tiene que hablar por si misma y punto. “ ¿Cómo se puede transmitir esta máxima sin herir o desmotivar al escritor novel?
Es difícil no sentirte atacado cuando se critica tu novela, porque es difícil separar tu obra de tu persona. A todos nos ha pasado y nos seguirá pasando, gajes del oficio. Por una parte está el ego, pero por otra están nuestras sempiternas inseguridades y lo mucho que nos cuesta que se nos ponga en cuestión.
Cuando digo que la novela tiene que hablar por sí misma me refiero a que muchos alumnos, durante las clases, tratan de justificarse cuando se somete a crítica su trabajo,
con argumentos del tipo: «Lo que yo quería decir aquí es tal y cual». Yo siempre les recuerdo que no estarán junto al lector para darle instrucciones de cómo leer su obra. Así que tienen que procurar que, en efecto, el libro hable por sí solo, lo que significa corregirlo y corregirlo hasta que se acerque mucho a lo que pretende su autor y, por lo tanto, esté en condiciones de echar a andar y hacer su camino lejos, ay, de su autor. Y eso, como tú muy bien sabes, es un trabajo ingente.
La historia está muy bien estructurada. Poco después del inicio de la novela, nos sitúas al inicio de lo que quieres contar. Y lo que parece va a ser una trama sobre las vicisitudes de una profesora, se vuelve inesperadamente en un argumento que bien podría ser tildado como novela negra: ¿la muerte de un personaje convierte tu libro en un thriller?
Mi intención en esta novela era reflexionar sobre toda una serie de temas literarios. De dónde sacamos las ideas, de quién son las ideas, cómo es el proceso de llevarlas al papel y qué dificultades nos acechan en ese camino… Pero también me obsesionaba mantener la tensión de principio a fin y que la historia resultara entretenida y por eso decidí engarzar esa parte más reflexiva en una trama de thriller, aunque por regla general en un thriller hay un asesinato y aquí sólo hay un robo, que es lo que realmente convierte la novela en un thriller: el delito de apropiación. Con una muerte, sí, una muerte muy oportuna, pero natural.
El humor está presente a lo largo de toda la novela. Un tono desenfadado incluso en las escenas más dramáticas. No es fácil hacer reír (ni llorar) al lector. ¿Estás de acuerdo?
Para mí el humor es fundacional e imprescindible.
No puedo escribir nada sin humor, en parte porque creo que la vida es tragicómica, que el humor más absurdo aparece siempre mezclado con los momentos más dramáticos y trágicos de la existencia.
Si queremos captar la existencia, ¿cómo íbamos a dejar fuera del relato un elemento que tan presente está en nuestras vidas? En las obras literarias que más admiro siempre hay humor. Más o menos sutil, absurdo o sarcástico, blanco o negro, pero humor al fin.
¿Qué proyectos te esperan?
Permítame que no hable de ellos, por sí se malogran.
Claro. Gracias Mercedes por esta entrevista. Nos vemos el próximo 19.12.2024 en el Club de Lectura donde seguiremos hablando de tu Escuela de Escritura,
¿Quieres leer otra entrevista de Mercedes Abad?
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