Yolanda Garagorri Arregui (Bilbao, 1971) es diplomada en biblioteconomía y documentación por la Universidad de León. Licenciada en documentación electrónica por la UOC. Master en animación a la lectura por la Universidad de Alcalá de Henares. Coordinadora de la plataforma de vida independiente, BIZINDE. Mentora social.
Yolanda, estudiaste Biblioteconomía y Documentación en la Universidad de León y tienes un máster en Animación de Lectura, lo que te ha permitido trabajar de bibliotecaria durante muchos años. Además, eres una lectora empedernida. ¿Crees que una bibliotecaria lee con otra perspectiva o con otro criterio que un lector habitual?
Bueno, es evidente que leemos de diferente manera.
Yo creo que todos los bibliotecarios tenemos un doctor Jekyll y Mister Hyde dentro.
Ya que, cuando leemos con la intención de comprar para la biblioteca, leemos de forma oblicua y además pensando en nuestro público. Porque aunque trabajas en una biblioteca pública y tienes que llegar a todo el mundo, siempre compras en función de lo que haces. Como lectora habitual, he aprendido gracias a las tertulias literarias y a los diferentes cursos de escritura en los que he participado, a leer, casi, sobre cualquier tema y en cualquier género. Aunque es verdad, que los cuentos, que era el género que menos trabajados tenía, han sido un auténtico descubrimiento para mí. Y ahora, me encantan.
¿Cómo es el cliente tipo de la biblioteca? ¿Cuál es el género que más se lee?
Es un público generalista, que lee fundamentalmente novela. Y sobre todo las novedades que resuena en las listas de los más vendidos. Y luego, también tenemos el grupo de estudiantes que leen por obligación y esos, leen principalmente clásicos y obligados. Son muy pocos los que se acercan a los clásicos de una forma voluntaria. Además, tenemos al público infantil, que generalmente se acercan a la biblioteca por primera vez como una visita colegial. Y acaban arrastrando a los padres, y sobre todo los abuelos, para poder acceder a todos los libros que quieren leer.
Este último grupo son mis favoritos, es el público más agradecido, más entregado y más crítico, pero es más fiel.
¿Qué requisitos imprescindibles o habilidades hay que tener para ser bibliotecaria?
En mi opinión, lo más importante de un bibliotecario es tener la mente abierta, tener claro qué la misión fundamental es que la gente lea y la de difundir la información. Hay que olvidarse de la censura, del pensamiento único, y sobre todo del encorsetamiento.
¿El libro en papel tiene sus días contados?
No lo creo. Todos pensábamos que la televisión iba a matar a la radio. Con el paso del tiempo hemos visto que pueden convivir perfectamente. Yo soy de la opinión de que el libro en papel y el libro electrónico pueden convivir tranquilamente, sin hacerse sombra uno al otro.
El libro electrónico jamás va a desprender el aroma que desprende un libro nuevo en papel.
Yolanda, hablemos de tu enfermedad. Todo empezó en la playa. Con tan solo 30 años notaste que te hundías en el agua. Nada te hizo sospechar que ya habías empezado a desarrollar los primeros síntomas de tu enfermedad congénita, el síndrome de Arnold Chiari con Siringomielia asociada. De esto hace algo más de veinte años. Un tiempo en el que has aprendido a convivir con la enfermedad y la has integrado en tu día a día de manera que no te impida hacer todo lo que consideras necesario para tu desarrollo físico e intelectual y eso te ha hecho crecer enormemente a nivel personal .¿Crees que tu experiencia vital puede ser útil a las personas con problemas igual o similares a los tuyos?
Bueno, yo no sé si puede ser útil o no para otras personas. Gracias a la utilidad de mi experiencia la tienen que calibrar el resto. Sobre todo las personas que se acerquen a mí a preguntar sobre cómo ha sido la experiencia de aprender a convivir con una discapacidad provocada por una enfermedad sobrevenida. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, desde que soy mentora social, aunque todavía no he ejercido como tal, es un tema sobre el que he reflexionado mucho. En general, todos pensamos que somos un ejemplo a seguir. No es mi caso. Pero, en cualquier caso,
si mi experiencia sirve para qué otras personas sean capaces de empoderarse, de decidir, por sí mismos, incluso de comenzar el camino hacia la gestión de su vida independiente, entonces, estaré encantada de haber sido útil.
En tu lucha por la vida independiente participas en reuniones y eres voz activa en diversos foros nacionales y europeos. En una entrevista dijiste: «Una discapacidad es una circunstancia, hacemos las mismas cosas, pero de modo diferente». ¿Hay que tener valentía o solo ganas para hacer esas mismas cosas?
Bueno, no sé si es valentía o insensatez. Teniendo en cuenta que hay tantos modelos de vida independiente como personas hay en el mundo, yo lo que pretendo es tener la vida lo más normalizada posible. Si pienso fríamente en lo que me mueve a seguir adelante, probablemente sean las ganas de vivir. Porque si algo me define es el vitalismo, y eso, es algo que naces con ello. Después, la gente que me conoce, dice que soy la persona más resiliente que conocen. Al final, probablemente, se trata de un instinto de supervivencia. Al tener una enfermedad sobrevenida, probablemente, quiero seguir haciendo las mismas cosas, porque es lo que conozco. Si hubiera nacido con la discapacidad, no sé si tendría las mismas ganas de vivir, ni sería capaz de hacer todo lo que hago.
Esquías, haces surf, parapente … ¿los deportes se han hecho accesibles? ¿O queda mucho por reivindicar?
El deporte adaptado no suele ser muy accesible, ya que, practicarlo suele ser bastante caro. Y además,
las instituciones, se han olvidado de promocionarlo tanto o más que el deporte base.
Si estuviera más subvencionado, y fuera más fácil acceder a él, probablemente, muchas de las personas con discapacidad que viven en sus casas, tendría más oportunidades de practicarlo. Y esa práctica del deporte, les traería muchos beneficios, no solo de salud física, sino también mental y social. Con esto quiere decir que, las personas con diversidad funcional somos las grandes olvidadas en muchos ámbitos. Se ha recorrido un camino importante, sí, es verdad. Pero, todavía queda mucho por recorrer. Además, muchas veces la ética del deporte se entiende solo como una práctica terapéutica. Yo no hago surf, o esquío, o me tiran parapente por mejorar mi salud. Eso no me va a curar. Pero practicar surf, esquí, parapente, natación, entrenamiento de fuerza… etcétera, me proporciona un bienestar que se transforma en calidad de vida. Cuando uno está bien, practica deporte, a veces, simplemente, como forma de socializar. Estaría bien, que las personas con movilidad reducida, se nos permitiera practicar deporte de la misma manera. Y sobre todo, el sobrecoste que supone hacer cualquier tipo de deporte para nosotros, estuviera costeado desde las instituciones tanto públicas como privadas.
De un tiempo, esta parte, que he asistido a diferentes espectáculos teatrales, me he dado cuenta que en este ámbito, hay más oportunidades de ocio, que en el deporte. Mira, te voy a poner un ejemplo. A día de hoy, si quiero practicar surf un día a la semana, solo puedo hacerlo en una escuela privada y eso me cuesta 600 € al mes.
He practicado esquí al mismo precio que cualquier otra persona, porque el sobrecoste que supone para la escuela de esquí a la que acudir, la asume una fundación que se financia gracias el dinero de la obra social de diferentes empresas. He acudido al teatro varias veces en el último año, siempre me ha salido más barato que el resto, porque los empresarios o los teatros han asumido esa parte del coste. Yo no quiero que todo me salga gratis, pero si me gustaría que me saliera al mismo precio que el resto del mundo. Dinero hay, pero creo que está mal repartido.
¿Qué proyectos te esperan? Creo que también escribes. Cuéntanos.
Escribo, últimamente menos de lo que me gustaría. Tengo una novela escrita y terminada, pendiente de corregir, que espero que algún día, más pronto que tarde, le dé el último retoque y la mande a editar.
Por otra parte, estoy dándole vueltas a crear mi propio podcast en el que voy a hablar un poco de todo, también de literatura. Y en el que, por supuesto, espero que me hagas una visita. Y seguro que me esperan mil y una cosas más que aún desconozco, pero que estaré encantada de vivir y de disfrutar.
Yolanda, tú dirás que no eres un ejemplo a seguir, pero yo te digo que no solo lo eres, sino que faltan muchas más personas como tú. Gracias por tu tiempo, por tu sinceridad. Gracias por estar aquí en este blog.
Si quieres leer algo personal sobre los CODAS:
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Que gran entrevista- Gracias por compartir!