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entrevista a alejandro palomas

Actualizado: 3 may 2023






Alejandro Palomas (Barcelona 1967) es licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Barcelona y máster en Poesía por el New College de San Francisco. Es traductor literario, profesor en talleres de escritura creativa, colaborador en diferentes medios de comunicación y autor de novelas con la temática común de los problemas de incomunicación y dificultades familiares.

Ganador del Premio Nadal (otorgado por Ediciones Destino, 2018 ) por la obra Un amor, ha publicado varias novelas:


  • El tiempo del corazón (Siruela, 2002)

  • A pesar de todo (Alba, 2002)

  • Pequeñas bienvenidas (El Cobre, 2005)

  • La isla del aire (Martinez Roca, 2005)

  • Tanta vida (Columna, 2008)

  • El secreto de los Hoffman (Plaza & Janés, 2008)

  • El alma del mundo (Espasa, 2011)

  • El tiempo que nos une (Suma de letras, 2011)

  • El cel que ens queda (Columna, 2011)

  • Tanto tiempo (Huerga y Fierro, 2012)

  • Agua cerrada (Siruela, 2012)

  • Entre el ruido y la vida (Baile del Sol, 2013)

  • Una madre (Siruela, 2014)

  • Aunque no haya nadie (Baile del Sol, 2014)

  • Un hijo (Bridge, 2015)5

  • Un perro (Destino, 2016)

  • Las dos orillas (Destino, 2016)

  • Un amor (Destino, 2018)

  • Un secreto (Destino, 2019)

  • Una flor (Letraversal, 2020)

  • Un país con tu nombre (Destino, 2021)

  • Esto no se dice (Destino, 2022).




Alejandro en el Club de Lectura Bojador vamos a hablar este mes, sobre Un amor, pero también sobre tu novela Un perro y la obra Una madre. En los tres libros nos acompañan los mismos personajes principales. ¿Podemos decir que estamos ante una trilogía?



No, exactamente. Es una tetralogía, porque está formada por Una madre, Un perro y Un amor más las Dos orillas, que es una novela gráfica, con lo cual de momento está formada por cuatro. Eso no quiere decir que no vaya a haber más. Así que estamos ante una serie, yo diría más que ante una tetralogía.



Amalia es un personaje delicioso que con cuatro pinceladas queda descrita para siempre. Ella lo dice todo, se le permite y se le perdona, porque aparentemente es una viejecita algo ingenua que malinterpreta las palabras. Luego te das cuenta de que no es así y que es más lista y sabia que nadie. ¿Amalia en el fondo es tu propia voz? ¿Es a través de ella que expresas lo que piensas?


Amalia es parte de mi propia voz y yo tengo mucho de Amalia en mí. Es una parte de mí. En realidad todos son una parte de mí y expreso a través de todos y todas muchas de las cosas que no expreso como Alejandro. Los utilizo para hablar de lo que yo quiero hablar y para expresar formas de ver la vida y formas de entender la vida. Amalia tiene un sentido del humor que es muy parecido al mío. Amalia es ese sentido del humor y esa capacidad de intervenir en la vida de los demás, cuando ella cree que debe hacerlo, y eso sí, es muy, muy mío.









A medida que el lector se va familiarizando con Amalia, se da cuenta de que es una mujer muy fuerte y el motor de la unión de su familia. ¿Es una reivindicación de la madre luchadora? O ¿es el retrato de una madre sin la pretensión de clasificarla como tal?


Yo no diría eso. Amalia, no es una madre luchadora. Amalia es una mujer que tiene tres hijos y los quiere. Pero como muchas, muchas, muchísimas madres.


¿Qué que es ser madre? Yo creo que es luchar por tus hijos hasta cierto punto, hasta cierta edad, hasta que decides, hasta que puedes, hasta que quieres.

Pero bueno, la maternidad conlleva un poco de todo eso. No creo que eso la haga reivindicativa. Yo creo que simplemente es una mujer que tiene hijos y que tiene unas capacidades y unas discapacidades determinadas, pero no creo que sea una madre luchadora. Es el retrato de una madre. No hay más. Como hay mil madres, como hay mil tipologías, como hay mil clases y mil formatos o fórmulas. Es la supervivencia.



En las tres novelas, la primera impresión que se tiene es que se trata de comedias. Pero después el lector se da cuenta de que no es así, sino que llegas a cruzar la línea del drama que se aligera por ese sentido del humor tan tuyo y tan inteligente. ¿Crees que el humor es una herramienta que sirve para soportar mejor el dramatismo que se esconde entre líneas?

Sí, el humor es esencial.


Siempre he dicho que no puedo entender la vida sin humor

, no podríamos vivir sin reírnos y cuesta mucho vivir sin la capacidad de reírnos incluso de nosotros mismos. De hecho, para mí es un misterio cómo hace la gente para vivir, siendo incapaz de reírse de sí misma, eso quiere decir que no se ven. Y vivir sin verte me parece vivir a oscuras y vivir a oscuras para mí es el verdadero drama. Hay que compaginar y hay que convivir. El drama y la comedia deben convivir, porque son las dos caras de la misma moneda y son tan necesarios el uno como el otro y son necesarios para ellos mismos.



Un amor, un perro y una madre. ¿Hay algo biográfico en ellos?


Pues sí, hay muchas cosas biográficas. La estructura familiar es una estructura que conozco muy bien. Yo tengo dos hermanas mayores. Tengo una madre como Amalia, tengo un padre como el padre que aparece en la novela. Entonces, a partir de esa estructura familiar, creo esta familia, creo este cuadro, creo este planeta Amalia en el que conviven todos ellos. Pero lo creo, porque conozco muy bien esa forma de relacionarse entre la mayor, la mediana y el pequeño. Lo que no se dice, lo que se calla, porque se tiene miedo a la reacción del otro. Esa Silvia que realmente parece la más fuerte, es la más débil. La vulnerabilidad de la estructura familiar, la fragilidad de las relaciones, lo conozco muy bien. Y si hay cosas que han ocurrido y que reflejo en las novelas y hay otras que no ocurrirán nunca, espero, y que nunca ocurrieron y que utilizo para crear ficción. Pero hay algo que siempre repito y parece como un poco sorprendente: y es que en mis novelas lo que parece más inverosímil es lo biográfico. Y lo que parece más verosímil es el relleno.



El amor, un concepto tan universal como infinito. ¿Cómo definirías el amor hacia la escritura? ¿Por qué llegamos a amar una historia y su manera de ser contada? Tanto desde el punto de vista del escritor como del lector.


Yo no sé realmente si yo tengo un amor hacia la escritura, sí siento ese amor hacia la escritura. Para mí la escritura es un medio de llegar a los sitios, siento que para mí es un útil, es útil. Pero puedo expresarme sin la escritura y puedo vivir sin la escritura y puedo prescindir de la escritura. Afortunadamente, porque si no pudiera prescindir de la escritura, sería una necesidad enfermiza y ya tengo otras. No sé, no sé qué es el amor hacia la escritura. No lo siento.


Siento otras cosas con la escritura: agradecimiento.

Porqué me ayuda. Me ha ayudado en muchas ocasiones y en muchos, muchos trayectos de mi vida. A ser mejor en mi capacidad de verme y a desarrollar facultades que me han ayudado mucho a bregar con la vida, eso sí.


¿Por qué llegamos a amar una historia y su manera de ser contada? Yo creo que porque nos dice cosas de nosotros mismos. El ser humano es muy, muy, muy egocéntrico y le encanta encontrar historias que le hablen de sí mismo. Por otra parte está ese agradecimiento a esas historias que de repente encontramos y nos confirman que no estamos solos, que nuestra forma de experimentar la vida no es única, que no estamos solos en el universo y que nuestra experiencia es común. Por eso hay historias que nos marcan tanto, porque son como pequeños faros que nos enseñan o nos dicen que no estamos locos, que hay vidas paralelas y que en el fondo no somos extraños en nuestro propio mundo.




Una vez dijiste: Escribo para que me quieran. ¿Es el secreto del escritor? ¿Se escribe para recibir el afecto de a la gente?


No lo sé. Creo que eso varía según nuestra experiencia personal. Varia cuando eres alguien muy poco querido quizás los recursos que tienes para provocar eso en los demás. Cada uno expresa lo que puede. Yo durante un tiempo escribía para que me vieran y verme era el primer paso para que me quisieran. Durante mucho tiempo necesitaba la confirmación desde el exterior de que era un ser querible. No es tanto así ahora. He aprendido a no buscar eso cuando escribo. Ya son muchos libros y he entendido que mi forma de escribir y mis historias son recibidas como son recibidas con lo cual he aprendido a quererme a través de mis libros que es quererme a través de mi ficción y he entendido que no se me está queriendo a mí como Alejandro sino como creador de una ficción que llega de una manera determinada.

Luego está el éxito o el reconocimiento. Se escribe y se publica para buscar reconocimiento. Uno publica para que el público te refrende la imagen y el mensaje que tu quieres dar. Quieres que el publico te acepte, escribes para ser aceptado por la comunidad en lo que tu crees y tu imaginas, pero eso con el tiempo tiene que cambiar, de lo contrario te conviertes en alguien que sufre demasiado a la hora de escribir. Si toda tu vida escribes para eso es que has evolucionado poco como persona y no como escritor. Y en el fondo importa la persona.




¿Qué proyectos te esperan?


Me esperan muchos. De momento me subo al escenario del teatro Goya todos los sábados de mayo y parte de junio con Dicen las madres, una función muy particular e intensa. Es un diálogo con mi madre, con todas las madres. Es un poco como Cinco horas con Mario pero en una hora y veinte. Ese tipo de diálogo con quien no está para que esté.

Estoy escribiendo una novela y un poemario también. Luego habrá bolos por España y me gustaría que llegara a Latinoamérica. Veremos. También descansar y escribir con tranquilidad como lo hacía hace muchos años. Emocionarme, reírme mucho, volver a esa intensidad que creo que soy yo.



Muchas gracias, Alejandro. Ha sido una entrevista muy interesante. Nos vemos de nuevo en el Club de Lectura (25.05.23 a las 19.00)






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